¿Qué es Mejor? Ahorrar o Consumir


Qué es mejor Ahorrar o Consumir

Para vivir es necesario consumir, por poco que sea. Alimentos, productos de aseo y suministros o servicios públicos entran dentro de la categoría de productos básicos, sin los cuales no podríamos vivir.

El ahorro es la diferencia entre el ingreso y el gasto de una persona o una familia. Por lo tanto, es posible ahorrar y consumir. No son excluyentes, sin embargo, cuanto mayor es el ingreso y menor el gasto, más crece el ahorro.

Aunque no es posible vivir sin consumir y si es posible vivir sin ahorrar, lo mejor es consumir moderadamente, de forma que haya excedente para ahorrar. En resumen, la mejor opción es consumir de forma consciente y ahorrar al menos para construir un fondo de seguridad (3 a 6 meses de gasto).

El consumo consciente

El consumo consciente es el acto de adquirir, usar y desechar bienes haciendo consciencia sobre la repercusión en el corto, mediano y largo plazo.

Cada compra, por pequeña que sea, impacta las finanzas personales o familiares, al medio ambiente, a la cadena productiva de los bienes o servicios que compramos y a la economía de nuestra ciudad y país.

En muchos casos nuestras decisiones de compra impactan el trato que reciben los trabajadores de las fábricas en las que producen los bienes que consumimos e impactan sobre la contaminación del agua y la tierra cercanas a las fábricas que pueden estar en continentes diferentes a aquel en el que vivo.

La conciencia en las finanzas personales

Al hacer conciencia del impacto de corto, mediano y largo plazo las compras, tendemos a comprar mejor. En muchos casos comprar más barato no es la mejor opción.

Un ejemplo muy importante es la comida. Una persona que opte por consumir alimentos más baratos por unidad de medida, puede impactar negativamente la calidad de su alimentación y de su nutrición.

Aunque en el corto plazo puede reducir sus gastos, en el mediano plazo su salud puede deteriorarse. El deterioro de la salud implica una caída en su calidad de vida, un aumento en los gastos médicos y un potencial deterioro de su ingreso.

En conclusión, un aparente ahorro en comida al corto plazo produce una destrucción del ahorro real en el largo plazo. Lo mismo puedes encontrar con la educación, la vivienda e incluso la ropa.

Una persona que consume de forma consciente evalúa el impacto de sus compras en el corto, mediano y largo plazo.

En qué casos es mejor gastar que ahorrar

Uno de los casos más llamativos de gasto que prima sobre el ahorro es el de la delegación o tercerización de tareas. Si el costo de delegar una tarea es menor al ingreso que obtengo durante el tiempo requerido, es mejor contratar a alguien que lo haga por mí.

Un ejemplo de esto es el aseo de la casa: Asumamos que Joaquín es freelancer y gana 20 EUR por hora de trabajo. Asear su apartamento requiere unas 3 horas. Joaquín asea su casa porque piensa que contratar un servicio es muy costoso: 9 EUR/hora, es decir, 27 EUR en 3 horas.

Sin embargo, por “ahorrar” 27 EUR está dejando de ganar 60 EUR de ingreso, con lo cual su decisión destruye 33 EUR, además de que no le agrada hacerlo y realmente no asea muy bien. Mucho peor que un servicio de aseo contratado.

Entonces, al comparar, Joaquín termina con menos dinero, con menos tiempo, con un apartamento menos aseado, disgustado por una tarea que no le agrada y cansado por el trajín que implica.

Este es uno de los muchos casos en los que un gasto adicional termina produciendo un ahorro en dinero, tiempo y satisfacción. Además, da trabajo a alguien que lo necesita y que lo hará con más satisfacción.

La importancia del ahorro

El ahorro tiene muchas implicaciones para la familia y para la sociedad:

  • Ahorrar permite construir un fondo de emergencias útil para afrontar situaciones imprevistas, como enfermedades, accidentes, daños en el hogar, el vehículo, etc.
  • El ahorro nos permite mantenernos al perder el empleo o ver reducido el ingreso. Millones de personas tuvieron esta situación a causa de la pandemia.
  • Un ahorro programado nos permite producir ingresos adicionales al invertirlos.
  • Ver crecer el ahorro mes tras mes nos da una sensación de progreso, abundancia y prosperidad única. Este estado de ánimo nos anima a seguir mejorando nuestras finanzas y atrae más oportunidades de ingreso.
  • Tener una capacidad de ahorro (diferencia entre el ingreso y el gasto) reduce la necesidad de endeudamiento. A menor deuda, menor gasto y menor angustia.
  • El ahorro es la base para construir la libertad financiera.
  • La capacidad de ahorro es la herramienta fundamental para pagar y eliminar las deudas. Ver artículo “Cómo ahorrar teniendo deudas

Las consecuencias sicológicas del ahorro

De acuerdo al portal wisebread.com, la disciplina del ahorro, sin importar el monto, tiene un gran impacto sicológico en varias dimensiones:

Disciplina

Lograr unas finanzas personales robustas no ocurre por accidente. Requiere de resolución permanente para resistir la tentación de comprar el último Iphone, el coche del año, o de cambiar el sofá por uno más moderno.

Vivimos en un bombardeo de publicidad de productos atractivos que supuestamente nos transportan a la vida de los modelos y celebridades en yates y aviones privados.

Entrenar el músculo de la disciplina para resistir el sobre estímulo del marketing nos da una sensación de poder que podemos replicar o trasplantar a otras áreas de la vida.

Tranquilidad

Saber que estoy en control de mi vida financiera, que cada mes recibo más que suficiente ingreso como para cumplir con todas mis obligaciones y además ahorrar el porcentaje previsto en el presupuesto le dan a cualquiera que lo logre una tranquilidad maravillosa.

El escenario opuesto, en el cual se acaba el dinero antes que el mes produce una angustia permanente de vivir al filo de las posibilidades.

Confianza

El ahorro exitoso fortalece la confianza de dos maneras. Primero, saber que somo capaces de alcanzar un objetivo que me propuse previamente en el presupuesto nos da una sensación de logro. Saber que tengo la capacidad de llevar a cabo lo que me propongo.

En segundo lugar, lograr ahorrar cierto monto me permiten saber que puedo tomar decisiones inmediatas que de otra forma no podría. Aprovechar descuentos o opciones de inversión al tener el dinero disponible.

Capacidad para asumir más riesgos

Al contar con un buen ahorro nos da un nivel de autoconfianza que irradia. Estamos más confiados en invitar a salir a esa persona que nos gusta o asumir proyectos laborales que tienen más incertidumbre, pero una mayor recompensa si salen bien.

Optimismo

Ver crecer nuestra cuenta de ahorros a la velocidad que definimos en el presupuesto nos llena de optimismo. Ver crecer nuestro patrimonio año tras año a niveles que nunca creímos factible nos abre los ojos y la menta a un universo de posibilidades. Si logré esto cómo no voy a lograr aquello.

Compasión

En la medida en que el sentimiento de afugias y angustias cede al ver que nuestro ahorro aumenta y nuestras deudas bajan se abre el espacio para pensar no solo en mí sino en aquellos

Sensación de libertad

Hace dos años tuve una lesión física que me producía un dolor permanente durante meses, incluso después de la operación quirúrgica que me fue practicada. Gracias a Dios mi esposa y yo contamos con unos ahorros que me permitieron tomar la decisión de renunciar a mi empleo y dedicarme a mi recuperación y a escribir el blog que estás leyendo.

Tener una vida financiera sana trae una libertad de tomar decisiones que de otro modo no podríamos. Una madre que opta por pasar más tiempo con sus hijos. Un emprendedor que después de muchos años de trabajar como empleado, soñar y planear finalmente se lanza al agua y construye su negocio.

Estos son sólo algunos ejemplos de opciones que la sensación de libertad permite a aquellos que han ahorrado mes tras mes durante años.

Conclusión. ¿Qué es mejor? ahorrar o consumir.

Aunque no es posible vivir sin consumir y si es posible vivir sin ahorrar, lo mejor es consumir moderadamente, de forma que haya excedente para ahorrar. En resumen, la mejor opción es consumir de forma consciente y ahorrar al menos para construir un fondo de seguridad (3 a 6 meses de gasto).

El consumo consciente es el acto de adquirir, usar y desechar bienes haciendo consciencia sobre la repercusión el corto, mediano y largo plazo.

Es mejor gastar que ahorrar: si el costo de delegar una tarea es menor al ingreso que obtengo durante el tiempo requerido, es mejor contratar a alguien que lo haga por mí.

Impactos sicológicos del ahorro:

  • Disciplina
  • Tranquilidad
  • Autoconfianza
  • Capacidad para asumir más riesgos
  • Optimismo
  • Compasión
  • Sensación de libertad

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